
Cuando alguien está sufriendo y decide venir a consulta, es frecuente que en algún momento nos pregunte si lo que le pasa es normal. De hecho, a veces la mayor fuente de preocupación de las personas que vienen a vernos —y quizá también de quienes no se atreven a hacerlo— es si son “normales”. La idea de ser diferente, de tener algún déficit o “rareza”, puede causar un enorme sufrimiento.
Cuando logramos que alguien vea esa realidad, una enorme parte del trabajo ya está hecha. Entonces pueden mirarse a sí mismos de otra manera. Muchas veces, es el psicólogo quien, de forma inmediata, debe mostrarse como completamente humano: perfectamente imperfecto, perfectamente falible. Alguien que también siente y experimenta los procesos naturales de la vida. La única diferencia, en ocasiones, entre el psicólogo y quien consulta es que el psicólogo sabe que sentirse así, experimentar lo que se experimenta, es completamente normal.
Gracias por confiar, por estar, y por formar parte de este camino.
Un abrazo,
Equipo Actúa
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