Confiar no es cualquier cosa

Newsletter #6

Visitar al psicólogo no es fácil. Y tampoco es suficiente. Porque, además de ir, hay que confiar. Y confiar no es cualquier cosa. Y, además, hace falta cargarse de humildad.

Hay que confiar en alguien a quien no conocemos. Contarle cosas que, en ocasiones, no habíamos dicho nunca en alto. Porque ni siquiera las teníamos del todo articuladas. Cosas que estaban ahí, atoradas, y que empiezan a tomar forma —para nuestra propia sorpresa— justo allí, en el despacho.

Toca confiarnos a una persona completamente desconocida. No sabemos ni cómo piensa. Ni cómo trabaja. Con el miedo a ser juzgados o a que seamos «el peor caso que se ha encontrado en su vida». Además, no siempre sabemos qué ocurre dentro de una consulta psicológica. Se supone que se habla, sí. ¡Quizá en un diván!??? , como en las películas. Se supone que hay un método. Que algo de eso nos sacará del lío en que estamos. Del dolor. De la confusión. De la incomodidad.

Y, aun así, hay que decidir. A veces por recomendación. A veces porque no queda otra. Porque «seguir así» ya no se puede. Y entonces se llama, se escribe, se pide cita.

Y, después, se llega. A la consulta. Al despacho. A esa conversación.

Se llega con todo eso que duele, que pesa, que atora, que da vergüenza. Se dice en voz alta. Se mira a los ojos de alguien desconocido y se espera que entienda. Que no juzgue. Que no diga lo mismo que ya han dicho los demás —amigos, familia, gente cercana— si es que alguna vez te atreviste a contarlo. Que escuche de otra manera.

Y eso, abrirse así, es un acto de valentía. De una valentía radical. Merece nuestro mayor respeto. Y, desde el otro lado, nunca deja de conmovernos. Nunca deja de recordarnos por qué hacemos esto.

Por eso, nuestro compromiso ha de estar a la altura. Nuestra entrega, también. Y nuestra confianza en quien se sienta delante, total. Igual que nuestra humildad: para seguir aprendiendo, para cuestionar lo que sabemos, para revisar cada intervención.

Responder a la confianza con confianza. A la humildad con humildad.

Y una última cosa: siempre que acudas a un psicólogo o a un profesional de la salud mental, asegúrate de que esté colegiado. Recuerda que estamos formados en métodos con evidencia científica. Que sabemos lo que hacemos. Que, además de humanidad, tenemos herramientas. Técnicas. Conocimiento. Que entendemos la conducta humana y trabajamos para ayudar a transformarla.

Para que esa transformación sea adaptativa. Es decir, que te permita encajar mejor, vivir mejor, sentirte mejor en el mundo que habitas.

Gracias por confiar, por estar, y por formar parte de este camino.

Un abrazo,  
Equipo Actúa

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